viernes, 30 de junio de 2017

Incertidumbre mañanera



No sé si se lo llevaba o si no quería entregármelo. Su figura fina, blanca y esbelta, cubierta por una vaporosa bata amarillo pastel, evidenciaba su prisa. Algo sostenía entre sus manos. Se las abrimos a las fuerzas entre mi dulce tía y yo; no hizo mucha resistencia,  fue así que dejó ver en su palma un papel muy doblado, de aquellos amarillos de oficina que sirven para adherir a los escritorios, con mensajes, notas o recordatorios. Salió corriendo sin decir nada, sin identificarse siquiera. Fijé la vista en el papel deparándome ante una caligrafía de trazos perfectos, casi quebradiza en su tono gris grafito.
Decía: Piju, -como solo pocas personas me han dicho durante este medio siglo de vida-; de pronto un frío intenso cubrió mi cuerpo unido a una luz en mi rostro, traté de taparme, guarecerme de ellos bajo la manta, de nada valió, la grafía se fue disolviendo y  abriéndose con ello la puerta del último día de junio. 


Amanecía y la baja temperatura de la habitación se había unido al leve resplandor, borrando el sueño o, revelación de algo que el devenir de la jornada espero me dicte haciéndome salir de esta dichosa incertidumbre mañanera.

Cidade maravilhosa


¡Qué maravilla esto de hablar en un comercio y que todos te entiendan, 
tanto el chiste, como la protesta, no tener que pensar​ para decir las cosas como son,  
-incluso las malas palabras-; no tener que quedarse callado ante una situación ofensiva, porque la ira te invade los sentidos y te apaga el habla; saber lo que significa cada gesto y/o mirada.
¡Qué maravilla estar entre los de uno, tan cerca de Cuba y de la Habana¡
Qué maravilla esta SAUDADE, esta vontade de você na "Little Havana"

viernes, 23 de junio de 2017

Luxo mi lujo.


No quiero más recuerdos, si no tengo su abrazo,
Su mirada leal, su peluche en mi espacio.
Está en cada comida, está en todos mis pasos,
Mi puerta está vacía cada vez que la abro,
Sin esa, algarabía, qué dolor, qué arrebato.
Para mi fantasía, trato de leer algo,
En todo me aparece, revolcándo mi estrato,
El piso se me va, alimento a unos gatos.
Ayúdame Dios, mío, tú sabes de qué hablo.
Sabía que era así, no sé si aguanto tanto.

jueves, 22 de junio de 2017

El buen hombre.


Las cosas son como son
y no como uno las quiere,
Las fuerzas, pero el destino,
al final cobra con creces,
Ese que uno tanto esquiva,
Y se esconde muchas  veces,
Es quien un día te abriga,
Sin pensar, sin intereses.
La mano de aquel que mimas
Y en quien confías tus preces,
te paga con lo mezquino,
cosa que uno no merece.
Por eso sigo mi sino y actuo
distraídamente, me entretengo,
Yo ni opino, porque la lengua estremece
Y  tergiversan tu idea,
que para eso sí hay gente
puede que algo salga mal,
Y razón tenga quien piense,
Que no estoy apto, al final
Jamás volaron los peces.
Daño si sé que no no hago,  
Al contrario, que liberen,
Su nuca para asentir,
Que este cubano, no miente,
El bien siempre llevo en mí,
Y la razón bajo vientre,
Detesto la gente ruín,
Al aparente que intente,
Cogerme para fingir
Ese que histriónicamente,
Se vale de mi sentir,
Para mostrarse valiente.
A ese la, sigo hasta el fin,
Con mi sonrisa entredientes.
Lo pongo en plaza mayor,
Cuando de ello ni se acuerde,
Que para memoria yo,
No se me escapa el pariente.
Que la venganza es un plato,
Que no se come caliente.

Miami, Coral Gables. 7:43 pm. 22 de junio,de 2017.

martes, 20 de junio de 2017

Desagravio (A la memoria de mi abuela paterna Esther Carretero de Pijuán. "La elegante")

¿Por qué expones tantas negras?
 Como si yo fuera blanco,
Preguntan con imprudencia,
Sin percibir el agravio.
Nunca vieron a mi abuela,
Desconocen a mis santos.
Si mi Francisco se entera,
Si Francisca saca el manto,
 Supieran que en esta tierra
A diario yo les demando,
 Que me cuiden a mi madre
A la gente que yo amo;
 Que son ellos en la noche
Los que me secan el llanto,
Los que me cuidan el sueño
A quien les debo el encanto,
De hacerlos reír a veces,
Escondiendo mis quebrantos,
Que canto porque  Yalodde,
Me dio esta voz que entonando,
 Endulza los corazones,
 Con la miel que va en su mano
Que me dan fuerza, por eso,
A veces resisto tanto
Y les parezco travieso
Y les parezco pesado
 Aunque no llego al exceso,
A veces me sobrepaso,
 Todos tenemos de buenos
 Todos tenemos de malos
Tomen esto de remedio
 Aquellos que han preguntado
 Las lindas también son negras
Hay blancas feas de espanto
 La belleza está en el alma
Que todos somos humanos.
¡¿Por qué expongo tantas negras?!
¡Reparen bien en mis trazos!

lunes, 19 de junio de 2017

Eres

Eres la malanga de mi fórmula basal, la Nafazolina fresca pa mi orificio nasal. Eres mi tormento, mi tomate con sal, la vaselina en mi pasa. La mantequilla en mi pan. Te veo y siento un salto, que puedo comparar, con el momento exacto que en Coppelia se da, después de hacer la cola, y la empleada va, y dice: Caballero, pase el que tenga un jarro, porque ya agua no hay.

domingo, 18 de junio de 2017

Hora turbia

Sonó el teléfono a las siete de la mañana, anunciando un problema grave en la familia, salí corriendo, había que resolverlo; desperté a mi hermanito, diez años menor que yo; mi madre se desvaneció en su sillón; me tocaba a mí. ¿Cómo? No sabía, pero era el momento; el entrenamiento había terminado. La hora de los hornos había llegado. Era domingo, no había transporte, fuimos a pie hasta hasta donde el patriarca. La orden era ir con él; tomé la decisión de ir solo. Así lo hice como aquel siete de enero de 1965, cuando decidí venir a este mundo. Me senté a esperarlo; sólo él me sacaría de tamaña situación, no llegaba nadie, pasaban las horas y nada desde las nueve de la mañana. Ocho horas pasaron hasta llegar el primero, pero no era suficiente, a medida que pasaba el tiempo llegaban más y más. Su presencia perfecta y única no hacía su entrada, yo ecuánime, como de él lo había aprendido. La paciencia es una virtud de los que esperan, todo llega, todo pasa, por eso no desistiría en mi empeño. Llegó la noche con su crueldad, y con ellas más personas, nadie se me acercaba ni quería, total nada irían a cambiar. Mi disgusto por su ausencia iba “in crescendo” no entendía nada, era un sentimiento ajeno, ese nunca lo había experimentado. Se acercaba la medianoche y nada, la sala llena , pero era como si no hubiera nadie. La madrugada hizo su entrada y a su paso la mañana. Había amanecido y él no estaba, de pronto todos se levantaron, alguien avisó que ya se lo llevaban. Seguía sin entender, salí del lugar, me pegué a la pared, me fui deslizando lentamente hasta tocar el suelo, una mano extendida me hizo levantarme y erguirme, saqué mis gafas oscuras, no quería ver, no quería que me vieran. Avancé aturdido ante la mirada de todos, entre en el carro, no atinaba, por el camino las personas se hacían la señal de la cruz, no quería saber porqué, llegamos a aquel precioso lugar que desde entonces ya nunca más lofue. Nunca me gustaron los curas, no sé si fue por eso que le impedí se escuchara lo que por obligación tenía que decir. El sonido que de mí brotaba era más importante que su padre nuestro, al final el padre era mío. Había muerto PAPÁ, cosa que yo no aceptaba. Veinte años pasaron y aún sigo viendo su sonrisa, escuchando su voz y su silbido en la noche anunciándo su llegada después del trabajo al niño que fui, al adulto que soy, siento su apoyo y su a abrazo a cada paso. Gracias Papá, yo que te quiero tanto.

Miami 18 de junio de 2017. 12:47

Nota:  Eterna e infinitamente agradecido a mis amigos Lídice Perez López y Armando Sotolongo Manito; así como a mis compañeros y hermanos queridos del Museo de Historia de las Ciencias, que me acompañaron aquel domingo 20 de julio y la mañana del lunes 21.