martes, 1 de agosto de 2017

Luz roja.


Habían pasado ya cuatro meses de un acto que nunca imaginó poder cometer. No se arrepentía pero el dolor era impiedoso, no se acostumbraba a la idea de su ausencia ni a su propia  presencia en aquel lugar tan benévolo  por los afectos que en él encontró y tan ajeno e impersonal a la vez. Aun retumbaba el llanto en sus oidos y las voces ciegas de aquellos que lo animaban a seguir adelante, a no mirar a la ventana  amarilla en la resaltaba su imagen inmóvil, aquella mirada que no lo dejaba y   lo perseguia desde aquel momento.
Nadie entendía su andar cabizbajo ni su paso lento, nada le hacia sonreir, su sonrisa se habia hospedado en su nuca y  ahí yacia.

Esa mañana se había despertado aturdido, taciturno; un sueño extraño en el que una envolvente luz roja lo iluminaba, a la vez que lo dejara cataléptico, sin habla, inmóvil, una luz densa, no  como aquella leve y clara, que habia desaparecido de sus dias, los que nunca más habían sido soleados.

Al  levantarse se dirigió  al negocio mas cercano, cuando por el camino una hoja suave de papel le acarició el rostro; no era otoño,  habia una brisa matinal, que no  justificaba el hecho de volara una hoja de papel la  tomó en su mano y era un papel en el que se podía leer: YA por un lado y por su reverso,  se divisaban cuatro tablas cuadriculadas con números, algunos tachados con leve grafito, lo leyó y automáticamente lo llevo a su bolsillo, ante la ausencia de una papelera  cercana.

Llegó al comercio,  pidió un café mañanero y al querer pagar percibió que habia salido sin su billetera, sacando tan solo el papel que habia batido en su rostro y que deberia estar en la papelera, por lo que se lo dio para echar fuera a la dependienta que con mirada verde y sonrisa violeta le preguntó: Lo revisamos, es de ayer; a lo que este accedió, pasando dicha hoja por una luz roja que la envolvió recordándole su sueño.  Miró al cielo y vio la,luz del sol como anticipo de lo que se avecinaba, lo que podria suceder de escuchar las trompetas de triunfo, sonido caraceristico para los boletos premiados y le vino a la mente aquella imagen de su perrito de 14 anos,  que había tenido que dejar al cuidado de un buen y viejo amigo, hasta que él no tuviera el monto suficiente para su traslado.  Miro su reloj, eran las 11:11 am, al mismo tiempo que sonaban las trompetas unido al estruendoso grito de la dependienta.  Esta vez no era un sueño, quedo cataléptico al saber que por un golpe de viento del destino se habia convertido en un hombre rico y afortunado.

MIAMI. 31 de julio de 2017.
11:11 pm