jueves, 3 de noviembre de 2016

En Regla la cosa se arregla.



Llegué y ya no estaba, ni él ni sus pertenencias, sentí un frío en el alma, miré para el "frío", fui corriendo hacia él; miré en el congelador y sentí que se me escapaba el alma - recordé a Amaury Gutiérrez - estaba vacío, no había dejado ni los vasos con las asistencias que le había puesto a las querindangas que le conocía. Cerré la puerta del IMPUD y pa colmo se desprendió otra vez, cayéndome en el pie izquierdo, recordándome que ese día me había levantado con él; del imán de las palmitas que estaba pegado en la puerta, cayó también un papel de cartucho, lo recogí y con aquella mala letra que tiene, decía: Monga, lo siento esto no da para más, no me fui antes, esperando a que llegara el pollo de dieta, yo sé que tú te las arreglas. Y así mismo lo hice. Cogí la cartera y las llaves, me puse un pañuelo pa taparme estas pasas y arranqué pa Regla. Cogí aquella lancha que si hubiera podido nadar, yo habría llegado primero que ella. Desembarqué en el ultramarino barrio, pasé por la iglesia, saludé a la virgen y subí por toda la calle Maceo. Cuando llegé, no tuve que tocar, sentí una voz que me dijo:entra, que te estaba esperando, era Machela mi madrina Graciela, que no se parece a nadie. Sin decir nada, me miró fijo con los ojos grises ya vidriados por el tiempo, y el rostro dulce y afable de las hijas de Yemayá y me dijo en tono callado y burlón: Se fue? Sí madrina; le respondí, mostrándole la nota firmada por él. Ve al patio y tráeme un gajo de dormidera, y de la cocina el comino y el mortero, abre allí el aparador y alcánzame el pomito con la pólvora; déjame la parte de la nota que tiene su firma. Cuando se lo llevé todo, me dijo: ahora vete sin mirar patrá y cuando llegues me llamas, que tú vas a saber quién es Machela.
- Esta bien madrina le respondí.
Sin más comentario volví e hice el mismo recorrido de vuelta; no quería llegar a la casa, pero la curiosidad mata al gato, cuando me iba acercando ya veía el gentío en la cuadra, no supe qué pasaba hasta llegar. Llegando, los vecinos empezaron a señalarme, miré dentro del carro policial y no creí lo que veía, era él, pero parecía otro.
- Ramona (alias Monga) del Socorro Guzmán. Sí soy yo, respondí. Acompáñenos. Atónita subí en la perseguidora, y me codujeron para la estación de Zanja y Escobar. Como era cerca de casa, el pueblo nos siguió. Adentro ya, todo se arregló cuando me preguntaron mi vínculo con él y si yo era diabética, si había cogido el pollo de dieta. A todo dije sí y al preguntarme mi vínculo con él, les dije Es mi marido hace 18 años, lo dejé de ver ayer cuando salió a buscar el pollo a la carnicería. El oficial lo miró y le dijo Antonio esta vez su esposa lo salvó. Iba a ser acusado de tráfico de alimentos. Puede irse.
Al salir, el pueblo del vecindario aplaudió y ese día entre lágrimas marcamos la fecha de casamiento y ahí está hasta el sol de hoy, dormido en ese sillón y yo que soy una pólvora. No sé lo que hizo Machela , pero funcionó. Como ella misma dice. "Las cosas se acaban en el hospital o en la policía.

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