Han sido muchas las experiencias y los sueños puestos en penitencia
- como dijo el poeta - desde que salí de Cuba y llegué a Brasil, a Río de
janeiro, pero entre las cosas que logré superar a poco tiempo de mi llegada
fue la de un sueño recurrente que tuve durante toda mi vida, soñaba y al
despertarme me venía el desasosiego y la frustración y me viene al recuerdo
ahora porque una amiga de la adolescencia me vio en una foto y se asombro de lo
gordo que estaba, claro ella me dejó con 57 kilos y estoy en 98, pero eso no es
lo que me trae a ustedes. La cuestión es que siempre soñe que cortaba un cake
de chocolate y cuando ya me lo iba a comer me despertaba y de dónde iba a sacar yo
en La Habana profunda un cake de chocolate así como así. Pues llego a Río de Janeiro y aquel sueño-pesadilla no había aparecido más, hasta que un día de
esos de cansancio me voy a a dormir cansado y quien les dice; apareció el
susodicho cake y a la hora de cortarlo y de llevármelo a la boca ya estaba yo
en la panadería de la esquina que es 24 horas, envuelto en la sábana con pijama
y pantuflas. Pedí el pedazo de cake, me lo comí y me acosté a dormir. Más
nunca. Muerto el "sueño" se acabó la gana.
Domingo 07082016 13:20
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